En el mundo del marketing, pocas cosas generan tanto engagement como un buen meme. KFC España lo sabe. Y por eso su reciente campaña de “5 presas por 5 euros” no solo se convirtió en un éxito comercial, sino también en un ejemplo brillante de meme marketing bien ejecutado.
Pero, ¿qué hizo exactamente KFC España? ¿Y por qué tanta gente no puede dejar de repetir el famoso “… por el culo te la…..”? Aquí te lo explicamos.
La campaña: 5 presas por 5 euros
A primera vista, parece una promoción como cualquier otra: cinco piezas de pollo por cinco euros. Pero lo que realmente hizo volar esta campaña fue su doble sentido. En España, la rima con el número cinco tiene un remate muy popular y vulgar que todos conocen:
Uno, dos, tres, cuatro, cinco… por el culo te la …
KFC no dijo esa última parte. No lo necesitó.
Meme marketing bien jugado
KFC apostó por la complicidad cultural. Toda la campaña jugó con el “”cinco-cinco» y dejó que el público completara la frase en su cabeza. En algunos spots incluso cortaban justo antes del remate, generando ese efecto de “lo dijeron sin decirlo”.
Esto es meme marketing en su máxima expresión:
- Se basa en un conocimiento compartido por la audiencia.
- Juega con el humor y la irreverencia.
- No cruza del todo la línea, pero coquetea con ella.
- Genera conversación, memes, reacciones, y lo más importante: viralidad orgánica.
¿Por qué funciona?
- Cultura pop como gancho: KFC aprovechó un chiste nacional con décadas de historia.
- Lenguaje generacional: conecta especialmente con públicos jóvenes y nativos digitales.
- Participación del usuario: las redes se llenaron de videos y memes completando la rima.
- Timing y humor: en un contexto de inflación, ofrecer “5 por 5 €” ya de por sí es atractivo.
De la risa al carrito: cuando el humor se convierte en conversión
Esta campaña demuestra que el humor no es solo entretenimiento: es una herramienta de marketing poderosa. Al hablar “el idioma del internet”, KFC no solo vendió más pollo, vendió una experiencia cultural compartida.
Y lo más interesante: lo hizo sin arriesgarse legalmente ni dañar su imagen corporativa, manteniendo un equilibrio muy fino entre lo atrevido y lo aceptable.
KFC España nos dejó una lección maestra de cómo el marketing moderno ya no se trata solo de anunciar productos, sino de generar momentos. Y si esos momentos vienen con risas, memes y pollo crujiente, mejor aún.
Porque sí, en esta campaña… rimar con “cinco” nunca fue tan rentable.